Guillermo Cano Izasa
jueves, 20 de noviembre de 2014
Muerte de Guillermo Cano
Muerte
de Guillermo Cano Isaza
El miércoles 17 de diciembre de 1986 sicarios a órdenes del capo Pablo Escobar asesinaron frente a la sede del diario a su director
Guillermo Cano Isaza. Los criminales esperaron a que el hiciera un giro en U en
la Avenida del Espectador, poco después de las 19:00. Uno de los maleantes se
acercó rápidamente a la camioneta familiar un Subaru Leone Wagon vino-tinto de placa AG 5000 que conducía Cano y le
disparó en ocho ocasiones al pecho con una ametralladora. Evitando el pesado
tráfico de la temporada navideña, los sicarios se escaparon en una motocicleta,
identificada con la placa FAX84. Cano tenía 61 años al momento de su
fallecimiento, 44 de los cuales había dedicado al periodismo en El
Espectador. Hasta el día de hoy se considera que su asesinato sigue en la impunidad.
Hace 25 años que el reconocido periodista Guillermo Cano dejó
incompleta su crónica del ascenso de Pablo Escobar al ser asesinado por sus
sicarios. La familia y el diario El Espectador reclaman el esclarecimiento de uno de los crímenes más
impactantes del narcotráfico en Colombia.
El periodista, de 61 años, fue acribillado por desconocidos el 17 de diciembre de 1986 frente a las instalaciones de El Espectador, el periódico que dirigía desde hacía más de tres décadas y en el que llegó a escribir Gabriel García Márquez.
Las sospechas apuntaron de inmediato hacia Escobar, pero las autoridades nunca llegaron al fondo de un crimen que se considera una venganza personal del gran capo narcotraficante, abatido por fuerzas de seguridad en 1993.
Un empresario ligado al cártel de Medellín fue el único implicado que pagó seis años de cárcel por complicidad en el homicidio del director, a quien la Unesco reconoció en 1997, al bautizar a su Premio Mundial de Libertad de Prensa con el nombre de Guillermo Cano. “Es clarísimo que es un asesinato impune Muerto Escobar, nunca se pretendió buscar a todas las personas involucradas. En el expediente hay muchos indicios a seguir”, lamenta en entrevista con la AFP Fidel Cano, sobrino de Guillermo y actual director de El Espectador.
El periodista, de 61 años, fue acribillado por desconocidos el 17 de diciembre de 1986 frente a las instalaciones de El Espectador, el periódico que dirigía desde hacía más de tres décadas y en el que llegó a escribir Gabriel García Márquez.
Las sospechas apuntaron de inmediato hacia Escobar, pero las autoridades nunca llegaron al fondo de un crimen que se considera una venganza personal del gran capo narcotraficante, abatido por fuerzas de seguridad en 1993.
Un empresario ligado al cártel de Medellín fue el único implicado que pagó seis años de cárcel por complicidad en el homicidio del director, a quien la Unesco reconoció en 1997, al bautizar a su Premio Mundial de Libertad de Prensa con el nombre de Guillermo Cano. “Es clarísimo que es un asesinato impune Muerto Escobar, nunca se pretendió buscar a todas las personas involucradas. En el expediente hay muchos indicios a seguir”, lamenta en entrevista con la AFP Fidel Cano, sobrino de Guillermo y actual director de El Espectador.
Fundaciòn del Colegio Guillermo Cano Isaza
Fundación
Guillermo Cano Isaza nació en Bogotá el 12
de agosto de 1925, en el hogar de Gabriel Cano Villegas y Luz Isaza. Cursó
estudios de bachillerato en el Gimnasio Moderno de Bogotá, donde siempre se
destacó como comunicador nato, al punto de que en sexto año de secundaria fue
el director de El Aguilucho, periódico del centro educativo.
Los recuerdos de Guillermo Cano empiezan por su familia.
Nunca conoció a su abuelo, pero como él mismo lo escribió alguna vez, comenzó a
conocerlo espiritualmente en Fidelena, la finca de la familia en Sabaneta
(Antioquia), cuando alrededor de un árbol florecido, se deleitó con los versos
navideños del fundador del periódico que leían con entusiasmo sus tías.
Desde que salió del colegio sabía que su destino sería el
periodismo. Su padre, Gabriel Cano, lo llevó a El
Espectador hacia 1943
y rápidamente aprendió a diagramar, a corregir pruebas, a leer al revés, a
llevar galeradas a las páginas, a untarse de tinta. Hasta que debutó como
periodista apoyado por su padre y por su tío Luís Cano, de quienes aprendió a
escribir.
Don Guillermo empezó escribiendo noticias culturales, después
se volvió cronista taurino y, como era admirador de Conchita Cintrón, su padre
lo bautizó “Conchito”. Ese fue su primer seudónimo. Escribió en deportes, hizo
crónicas desde Europa, en varios años concretó su curso necesario de reportero
raso.
Hacia 1948, cuando Colombia empezaba a vivir aciagos momentos
de violencia política, Guillermo Cano fundó el Dominical de El
Espectador. Un año más tarde se retiró Luís Cano de la dirección
del periódico y asumió Gabriel Cano, quien inmediatamente llamó a colaborar a
su hijo en la orientación periodística del diario.
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